POESIA ACCIDENTAL

DELIRIOS DE UN DIPSÓMANO

La poesía se escribe sola, en cualquier lugar, en cualquier momento, circunstancia...la poesía está siempre a nuestro alrededor. Pero se escribe cuando ella quiere, accidentalmente...o no.
_______________________________________________



Uno, Dos, Tres, Cuatro…Cierro los ojos

Viernes, 06.00h de la mañana. Año 1999. Ibiza. Figueretas.


 Todavía es de noche. Un coche me acaba de dejar en mi portal. Joder con quien coño venía yo. Seguro vengo de la fiesta de la espuma en Amnesia…. Estoy completamente empapado. Abro el portal y a rastras subo uno, dos, tres, cuatro y cinco pisos. Mierda, yo vivo en el cuarto. Bajo un piso. Ineptitud para abrir la puerta de la que creo es mi casa. Tras varios intentos consigo entrar y sí, es mi casa. Voy directo a mi habitación. Todo está en su sitio. El colchón donde duermo en el suelo. Junto a él unas velas, incienso, mi radiocasete y varias latas de cerveza vacías. Una, dos, tres, cuatro…Tengo que limpiar esta mierda. Pero ahora no. Pongo la vieja cinta del Specka y empieza a sonar una sesión de techno-pop de los 80, en concreto suena Fantasy Girl. Me siento incómodo porque estoy muy mojado, así que decido quitarme la ropa. Ufff!! Tengo las rodillas destrozadas, no debí tirarme del podio en la disco, la espuma no para los golpes como el agua. Me quedo en calzoncillos. Me lío un canuto que me habían regalado esa misma noche.  Fumo y aunque me relajo empiezo a encontrarme mal. Leves espasmos. Estoy muy destemplado. Cojo lo primero que pillo. Una camiseta de tirantes rosa que ni de coña es de mi talla. No se que hace esa prenda en mi habitación. Náuseas. Corro al baño y empiezo a vomitar como si me arrancaran el hígado. Termino. Me lavo la boca y la cara. Mi cara ¿Qué me pasa? Mis ojos se han tornado de color negro completamente. No tengo ojos. Empiezo a sentir mucho calor. Bebo más agua. Cosquilleo y pelos de punta. Parece que el amor empieza a subirme de nuevo. Cierro la puerta del baño. Me siento en la taza. Estoy muy a gusto ahí sentado. Me la acaricio mientras entro en trance. Tengo mucha sed. Paro y voy corriendo a la cocina a por una cerveza. Esto hay que celebrarlo. Celebrar el qué!! Jajaja. Me río yo solo. No me lo puedo creer, una botella de Ron Miel en la cocina. Me pongo un chupito, dos, tres, cuatro…La gente que cuenta ovejas para dormir no ha probado este RON…cinco, seis, siete, ocho…

Oigo una voz macabra. ¿Qué dice?....Que estoy muerto. ¿Ha dicho que estoy muerto? Joder yo diría que lo estoy. Abro un ojo y sigo en la cocina, en el suelo y abrazado a la botella de Ron. No estoy muerto. Visto calzoncillos largos y camiseta rosa de tirantes y las rastas de mi cabeza no me dejan ver bien.
La mujer macabra que grita “Ismael está muerto”, es una anciana, madre de un compañero de piso que se ha traído a su madre a esta casa de locos de vacaciones. Abro el otro ojo. Una, dos, tres, cuatro personas a mí alrededor. Fátima, la portuguesa. No sabría decir lo que expresa su cara. Medio susto medio se ríe. Sara. Ella es como mi hermana mayor. Se ríe con la mano en la boca y mueve la cabeza hacia los lados. El hijo de la señora que grita, Felix, a ese no parece hacerle mucha gracia todo esto. Me levanto. Les digo que estoy bien. Aunque parecen no entenderme. Suspiran y se estremecen todos. Felix le tapa  los ojos a su madre con la mano. Joder. Tengo una puta erección. Me voy a mi habitación. Un porro apagado. La cinta ha terminado pero no acaba de pararse. Clank, clank, clank….La paro yo.  Todo sigue en su sitio. Me echo en la cama. Ahora sí. Es mi momento. Uno, dos, tres…c  u  a  t  r  o…Cierro los ojos.